viernes, 4 de agosto de 2017

1° B escribe mitos: "El castigo de Marimar"

A continuación pueden leer un mito que explica el origen del sonido del mar, escrito e ilustrado por Karen Maldonado y Erin Gutiérrez. ¡Felicitaciones a las autoras!

El castigo de Marimar

Cierta vez, en la ciudad de Nordales, cuando los hombres convivían con los dioses, una diosa de los mares llamada Marimar, hija predilecta de Poseidón, quiso conocer la ciudad de los mortales porque su padre le prohibió ir a la ciudad de los griegos.

Un día ella no aguantaba la curiosidad de cómo era la ciudad. La diosa se transformó en una doncella hermosa que estaba vestida con un vestido celeste de seda. Iba caminando por la ciudad cuando se tropezó y se cayó en brazos de un joven guerrero griego llamado Áyax. Al admirar la belleza de la doncella, ambos se enamoraron perdidamente.

Perdona por mi torpeza —dijo Marimar, nerviosa.

No te disculpes, fue un accidente —dijo Áyax, enamorado.

Marimar se retiró apurada porque debía volver a su pedestal, en el Olimpo.

Al día siguiente, ella volvió a la ciudad encontrándose con el mismo joven del día previo. El joven se acercó invitándola a pasear a las playas de la ciudad de Nordales, al atardecer.

¿Te gustaría conocer las playas de esta ciudad? —dijo Áyax, animado.

Quisiera conocer esas playas —dijo Marimar.

Y acordaron encontrarse al atardecer en las playas.

Al volver al Olimpo, el padre de la diosa la esperaba enfadado porque había desobedecido sus órdenes de no salir del Olimpo. Su padre la castigó encerrándola en una cueva subterránea que estaba vigilada por sirenas. Su canto era irresistible.

No saldrás por diez largos inviernos por desobedecerme —dijo Poseidón, enojado.

Ante este castigo, Marimar se sentía muy apenada por desobedecer a su padre, ya que era la hija predilecta de Poseidón, y triste por no haber ido con su amado a las playas de Nordales.

Al paso de los días, semanas, meses, años, su amado Áyax había muerto por sus penas, angustias y ausencia de ella por no haberse encontrado con la doncella que amaba.

Al cumplir su castigo, las ninfas le informaron a Marimar que su amado había muerto por su culpa. La diosa, al enterarse de esa tragedia, comenzó a suspirar en las orillas del mar al atardecer creando el sonido del mar, que es el sonido de sus penas.

Desde entonces, cuando estamos cerca del mar al atardecer y oímos las olas del mar, aunque no lo sepamos este sonido proviene de las penas y suspiros de la diosa Marimar al acordarse de su amado Áyax.

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