miércoles, 9 de agosto de 2017

4° BOD: Trabajo práctico de escritura: un relato de iniciación

Como segunda parte del trabajo práctico de escritura de una entrada deenciclopedia, vamos a escribir un relato de iniciación a partir de la experiencia vivida por Moncho, el protagonista de la película La lengua de las mariposas.

Esta segunda parte puede resolverse de a dos. Se entregará hasta el viernes 18/08 inclusive (*) vía mail (literatura.guardia@gmail.com) y tendrá una extensión de dos páginas A4 en Word como máximo. Incluir en el encabezado los siguientes datos: nombre/s y apellido/s, curso y título del relato.

Deberán elegir una de las siguientes propuestas:

A)    El relato de iniciación como RECUERDO (Moncho adulto)

En la película, Moncho es un niño. Imaginá que, después de algunos años, ya siendo un joven adulto, le cuenta a un amigo lo que vivió durante el año 1936. Escribí el relato de iniciación de Moncho a partir de las vivencias que se muestran en la película.

B)    El relato de iniciación como ELABORACIÓN DE LA EXPERIENCIA (Moncho niño)

Luego de las vacaciones de verano, dos meses después de la detención de Don Gregorio al estallar la guerra civil, Moncho vuelve a la escuela para continuar sus estudios y conoce a nuevos compañeros de clase, a quienes decide contarles lo vivido junto a su maestro. Escribí el relato de iniciación de Moncho a partir de las vivencias que se muestran en la película.

Es importante considerar en ambos casos (A y B):
  • Qué tipo de narrador se va a utilizar
  • El modo de presentar claramente el conflicto del relato
  • Cómo dar cuenta de las consecuencias que tuvo ese conflicto en la vida de Moncho, en sus sentimientos, en la relación con los otros o en su forma de pensar.

(*) Actualización (17/08): prórroga para la entrega: hasta 20/08

4° BOD Película: La lengua de las mariposas

lunes, 7 de agosto de 2017

1° B escribe mitos: "Deja el pasado atrás y sigue adelante"

A continuación compartimos otro mito que también explica el origen del arco iris, escrito e ilustrado por Chloe Verderrosa y Daiana Delgadillo. ¡Felicitaciones a las autoras!

Deja el pasado atrás y sigue adelante

Dos pueblos en plena disputa están, un grito de guerra empieza a sonar. En ese frío campo de batalla un sentimiento puede despertar. Entre tanto dolor y sufrimiento, a un acuerdo llegaran. Durante un tiempo hubo paz y los dos pueblos dejaron de pelear.

En el pueblo caónico la pequeña Darcy está ansiosa por salir, pero sus padres (Percy, semidiós de las aguas y Annabeth, semidiosa de la sabiduría y la estrategia) no lo quiere permitir. Ella, enfadada está, pues su libertad le quieren quitar.

Mientras que en otro pueblo (Atamanio), el pequeño Fred disfruta de su libertad. Pero, en ese momento, llega su padre (Helio, dios del sol), que enfadado con el pequeño niño está:

-Hijo, ¿Dónde estabas?- dijo su padre algo decepcionado.

-Estaba jugando. -dijo el niño emocionado.

-¿Has entrenado? -dijo su padre algo frustrado.    

El padre al niño se llevó, para terminar su gran “actuación”.

En otro lado la pequeña Darcy corriendo está, para poder su libertad recuperar. Su conciencia le dice que mal está y que una segunda guerra puede estallar.

El pequeño Fred de su padre otra vez escapó y, por error, con la pequeña Darcy chocó. En una posición algo vergonzosa cayeron, pero aún así, risas de sus bocas salieron. Comenzaron a hablar y cada uno se comenzó a presentar. Un poco rojos los dos se pusieron, ya que sus caras muy juntas estuvieron.

-¿Por qué estás aquí? - dijo Darcy con sus mejillas color carmesí.

El chico en silencio se quedó, pues un recuerdo  a su mente llegó.  Pisadas en el suelo se oyeron. Los soldados por los niños fueron.  Los dos niños prometieron volverse a ver. Pues con su amor verdadero decidieron crecer.

La conciencia de Darcy le dijo que tenía razón y que esto terminaría en una mala situación. Los padres de Darcy muy enfadados están y deciden a la niña encerrar. Darcy lamentándose está, pues encerrada en su cuarto debe estar.

En ambos pueblos había dolor, ya que Fred tampoco se salvó, pues su padre a entrenar sin descanso lo obligó. Pasaron los años  y llegó el día en que la promesa se rompió. El cielo de un tono gris se tornó, grandes gotas del cielo comenzaron a caer y unos truenos el cielo hizo estremecer. Mientras Darcy sigue llorando por la misma razón. El castigo para los jóvenes había terminado y a un acuerdo sus padres habían llegado.

Ambos jóvenes decidieron volver al sitio donde nació el amor. Corrieron para ese lado y sin darse cuenta en la misma situación habían terminado. Pidieron disculpas por su promesa no poder cumplir y así, con lo de aquel día decidieron seguir. Ambos decidieron que lo que sentían era atracción. Y por si solos dijeron la misma oración: un “te amo” dijeron ambos y luego llegó el tiempo de sellar sus labios en el beso tan esperado. 

Colores el cielo alumbraron y así un fenómeno natural había sido creado: siete colores que representaban sus emociones y el cielo colorido había quedado.

viernes, 4 de agosto de 2017

1° B escribe mitos: "Amor color arco iris"

A continuación compartimos un mito que explica el origen del arco iris, escrito e ilustrado por Sofía Queipo, Antonella Espiño y Mayra Tabare. ¡Felicitaciones a las autoras!

Amor color arco iris

Helio, dios Sol, todos los días al irse la noche, salía a ver el mundo. Todo el firmamento estaba a su vista y disposición, salvo una parte del norte, la cual siempre era ocupada por Nubar (dios de las nubes). Helio nunca podía ver esas zonas y al pedirle a Nubar permiso para contemplarlas, este siempre ponía una excusa.

¡Nubar! —gritó Helio para llamar su atención. Nubar se dio vuelta y al divisar a su compañero gruñó.

¿Qué quieres, Sol?

Ja. Mi nombre es Helio… Quería preguntarte si me dabas permiso para cruzar tu parte para ver tu lado del cielo. ¿Podrías hacerme ese favor?

Oh. Em… No. Lo siento, pero mis nubes están un poco desordenadas y tengo mucho trabajo… 
Adiós —dijo desapareciendo rápidamente el nebuloso dios.

Helio, un poco disconforme, vio a lo lejos un hueco entre las nubes y decidió colarse por allí. Al entrar vio todo más oscuro de lo común y sintió una extraña sensación que nunca había experimentado: el frío. Al caminar, sintió agua en su cálida piel, se dio vuelta y vio a la diosa de la lluvia, Hidris.

Hola —dijo ruborizada la diosa—. Lamento haberte ¿mojado? Jajaja. Soy Hidris, diosa de la lluvia.

Helio, embobado ante la belleza de la diosa, tardó en reaccionar, pero dijo:

Oh…Eh… Hola. Soy Helio, dios Sol, y no, no te preocupes. Estoy bien.

¡Eres el dios del sol! Un gusto conocerte, nunca te había visto por aquí… Tienes suerte de que Nubar no te haya visto. Se pone muy celoso.

Sí, me he dado cuenta. Tuve que escabullirme por un hueco para entrar.

Y así se quedaron hablando por unas horas, hasta que Helio vio que Nubar se acercaba y se despidió dejando una estela rojiza en las nubes. Nubar, al ver a la diosa tan contenta y ese color rojizo, se dio cuenta del pasaje del sol. El dios de las nubes, muy enojado, decidió ir en busca de Helio para aclarar las cosas.

Helio, ¿tú has cruzado mi sector?

¡No! —respondió el dios muy nervioso. ¿Cómo crees?

Es que he visto una parte teñida de rojo y no hay otra explicación… Te he dicho que no cruzaras mi parte por una razón y me gustaría que la respetaras.

Bueno, sí, te he mentido…. Es que me he enamorado de Hidris —replicó el Sol.

Nubar, furioso, le prohibió al dios volver a acercarse al páramo nebuloso y le advirtió que si volvía a acercarse a Hidris sería lo último que haría.

La diosa de la lluvia escuchó la discusión y, escondida, esperó a que Nubar se marchara para acercarse al Sol.

¡Helio! ¡Yo también estoy enamorada de ti! —gritó la diosa con todas sus fuerzas.

¡Hidris! Te prometo que encontraré la forma para volvernos a ver.


Hidris y Helio juntaron sus fuerzas formando un pasaje donde irradiaban colores cálidos y fríos en representación de su amor, para que todos lo supieran indirectamente. Y así fue que el sol y la lluvia se encontraron y se encuentran cada vez que llueve formando un arco de colores, al que llamamos arco iris.




1° B escribe mitos: "El castigo de Marimar"

A continuación pueden leer un mito que explica el origen del sonido del mar, escrito e ilustrado por Karen Maldonado y Erin Gutiérrez. ¡Felicitaciones a las autoras!

El castigo de Marimar

Cierta vez, en la ciudad de Nordales, cuando los hombres convivían con los dioses, una diosa de los mares llamada Marimar, hija predilecta de Poseidón, quiso conocer la ciudad de los mortales porque su padre le prohibió ir a la ciudad de los griegos.

Un día ella no aguantaba la curiosidad de cómo era la ciudad. La diosa se transformó en una doncella hermosa que estaba vestida con un vestido celeste de seda. Iba caminando por la ciudad cuando se tropezó y se cayó en brazos de un joven guerrero griego llamado Áyax. Al admirar la belleza de la doncella, ambos se enamoraron perdidamente.

Perdona por mi torpeza —dijo Marimar, nerviosa.

No te disculpes, fue un accidente —dijo Áyax, enamorado.

Marimar se retiró apurada porque debía volver a su pedestal, en el Olimpo.

Al día siguiente, ella volvió a la ciudad encontrándose con el mismo joven del día previo. El joven se acercó invitándola a pasear a las playas de la ciudad de Nordales, al atardecer.

¿Te gustaría conocer las playas de esta ciudad? —dijo Áyax, animado.

Quisiera conocer esas playas —dijo Marimar.

Y acordaron encontrarse al atardecer en las playas.

Al volver al Olimpo, el padre de la diosa la esperaba enfadado porque había desobedecido sus órdenes de no salir del Olimpo. Su padre la castigó encerrándola en una cueva subterránea que estaba vigilada por sirenas. Su canto era irresistible.

No saldrás por diez largos inviernos por desobedecerme —dijo Poseidón, enojado.

Ante este castigo, Marimar se sentía muy apenada por desobedecer a su padre, ya que era la hija predilecta de Poseidón, y triste por no haber ido con su amado a las playas de Nordales.

Al paso de los días, semanas, meses, años, su amado Áyax había muerto por sus penas, angustias y ausencia de ella por no haberse encontrado con la doncella que amaba.

Al cumplir su castigo, las ninfas le informaron a Marimar que su amado había muerto por su culpa. La diosa, al enterarse de esa tragedia, comenzó a suspirar en las orillas del mar al atardecer creando el sonido del mar, que es el sonido de sus penas.

Desde entonces, cuando estamos cerca del mar al atardecer y oímos las olas del mar, aunque no lo sepamos este sonido proviene de las penas y suspiros de la diosa Marimar al acordarse de su amado Áyax.